lunes, 8 de junio de 2009

62ª Historia Asesina - “Tic-tac”

Tic.

Un segundo se me acaba de ir de las manos.

Tac.

Un constante sonido que se lleva de a pequeños tantos mi vida.

Tic.

Pero tan de a poco se lleva mi vida que apenas lo siento.

Tac.

Afuera el frío de la noche y la niebla ocultan la oscuridad. Pero un corajudo señor saca a su perro a que haga sus necesidades y se saca a sí mismo para satisfacer sus necesidades de respirar aire fresco pero húmedo.

Tic.

El sonido me irrita.

Tac.

Afuera el señor suspira para emitir vapor caliente por su boca se esfuma rápidamente para convertirse en parte de la niebla presente. El perro huele un árbol y levanta la pata.

Tic.

Pienso en la vida, la muerte, la soledad, el frío, el amor, el odio, la amistad, el pasado, el presente, el futuro.

Tac.

El hombre se sacude las manos y le grite a su perro Barrabás que es hora de volver a casa.

Tic.

Apago la luz, levanto las sábanas y frazadas, me pongo debajo de ellas. Me acurruco, suspiro pienso un poco más en todo eso y cierro los ojos.

Tac.

El señor abre la puerta de la casa y se va a acostar. Igual que yo escucha el reloj de pared de la habitación que le quita segundos de las manos.

Tic.

Cuento cuarenta y siete o cuarenta y ocho tic-tacs. Me duermo.

Tac.

El hombre se acuesta a dormir.

Tic.

Se me va de las mandos otro segundo.

Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac…

0 ya han matado el tiempo:

Publicar un comentario

Creative Commons License
Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.