jueves, 17 de septiembre de 2009

70ª Historia Asesina - “Pollerudo”

—Me quiero matar.
—Qué drástico que sos.
—Callate.
—Pero si es así. ¿Por qué te querés matar?
—Porque sí.
—¿No tiene sentido la vida para vos, no?
—Absolutamente.
—¿Por qué?
—Porque no. Todo el tiempo sufriendo como un boludo estoy.
—¿Es por ella, no? Sos un boludo.
—¿Qué sabés vos?
—¡Sos un boludo! ¿Cómo te vas a querer matar por ella?
—¡Lo estoy sufriendo, me duele!
—¿Y qué?
—Vos por estás feliz, tenés una novia, y sos feliz.
—Sí, ¿y?
—¡Y no me entendés!
—Por supuesto que sí.
—¿Ah, sí?
—Sí. ¿Te creés que yo no sufrí por amor igual que vos? ¿Te creés que no me dolió?
—¿Y?
—Y nunca me quise matar por eso. Acá estoy, derecho y feliz. No me morí. Es más, me cago de risa de lo pelotudo que fui cuando lloraba por la tarada esa que me dejó.
—O sea que soy un pelotudo por llorar.
—Por supuesto.
—Claro, es todo mi culpa. Que ella me haya dejado, es mi culpa. No, es más, me lo merezco.
—¡Pará, chabón, te vas al carajo!
—¿Qué? ¡Eso es lo que me decís!
—¿Dije yo en algún momento que lo superé enseguida?
—No.
—¿Ves? Sos un boludo.
—¿Te llevó mucho tiempo?
—Varios meses.
—¿Varios meses?
—Ajá. Es el tiempo que te toma normalmente darte cuenta que no vale la pena llorar por esa persona. O sea, mientras vos estás ahí llorando, la puta se fue con otro ya.
—Es cierto. La puta, la muy puta se fue con otro… Seguro que está ahí encamándose con otros tipos y yo acá llorando. ¿Sabés qué? Me ahorraste muchos meses de sufrimiento.
—¡Bien, carajo, así se hace!
—Sí, carajo. Que se vaya a la mierda. Es un puta de mierda.
—Eso. Que se vaya a freír churros, ahora es tu turno de vivir la vida. ¡Hoy nos vamos de putas!
—¿Qué?
—Nada, boludo, es una joda.
—Ah, pensé que hablabas en serio.
—No, pero podemos salir a cazar algo. Bah, te hago la pata a vos, porque yo ya tengo dueña.
—Dale.
—Además sos fachero, algo vas a conseguir.
—¿Vos decís?
—Sí, sin dudas. Además las minas están re fáciles ahora.
—Sí. Si la puta esta seguro me dejó por otro. Uh…
—¿Qué pasa?
—Me vibra el celular. Es una llamada, a ver. ¿Hola? ¿Eh? Sí, sí… ¿Qué hacés? ¿Cómo andás? ¿Qué? ¿Qué? Sí. Sí. No, no tengo nada que hacer. ¿A qué hora? ¿A las diez? Sí, por supuesto. ¿Allá? Dale. Dale. ¿En serio me decís eso? ¿No me mentís? ¿No? Yo también… Mucho. Ya voy para allá, nos vemos. Beso.
—¿Quién era?
—Ella.
—¿Ella?
—Sí. Quiere hablar conmigo… Dice que me extraña, que se arrepiente. Quiere verme.
—¿Y vas a ir?
—Sí.
—¿Y todo lo que dijiste antes?
—¿Qué cosa?
—Nada, nada, nada. Andá, dale.
—Dale. ¡Gracias por todo, chabón!
—No es nada, para eso estamos los amigos.
—Gracias, en serio… ¡Nos vemos!
—Nos vemos, andá, pollerudo.

1 ya han matado el tiempo:

FormenteraLady dijo...

jajajajaja! si habré sido testigo de cosas así jajaja
vos estás en letras no? qué materias estás cursando? ya lo pregunté? mmmm

Publicar un comentario

Creative Commons License
Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.