lunes, 28 de septiembre de 2009

71ª Historia Asesina - “Historia de amor”

—¿Y ya no te dedicás a escribir?
—Y, ya no
—¿Por qué?
—Porque lo único que me salen son historias de amor.
—¿Y qué tiene?
—A nadie les gusta la historias de amor. Son aburridas, ya están bastante trilladas. Leerlas a mí también me embola un poco.
—¿Sólo por eso entonces no escribís más?
—Y sí…
—¿Vos sabés por qué a la gente no les gusta las historias de amor? Porque son una manga de amargados.
—Nah, porque de cierta forma es un género aburrido que es muy común digamos. Y peca de ser demasiado romántico, qué sé yo.
—¿Y eso quién lo dice? ¡Los estudiosos, los críticos, los científicos! ¿Sabés por qué dicen eso? Porque de tan amargados que son no pueden querer a nadie. O peor, ¿sabés qué? Están amargados porque seguro que alguien los dejó y entonces andan proliferando esas peroratas en contra del amor. Es un movimiento generalizado, todos desconfían en el amor y ¡pum! Las historias de amor son una garcha.
—Bueno, no sé si es para tanto.
—Es como yo te digo, chabón. Fijate, el 86% de las películas, libros e historietas que salen al público están relacionadas en cierto sentido al amor.
—Porque es una parte de la vida, obvio. Pero las historias de amor en particular no ofrecen tanto de interesante. Fijate las comedias románticas, es un género tan boludo que si me das un día te armo yo un guión para una película de ese tipo.
—El tema de las comedias románticas es que muestran siempre historias imposibles. El tipo que se encuentra con la mina antes de su boda y la termina dejando plantado en el altar a ella, pero ella a su vez tenía un amante, así que cada uno se va con el amante y todos felices. En la vida real el tipo se casa y a los tres años se divorcia.
—Bueno, sí, es cierto.
—¡Y eso no es todo! Si la película trata de un divorcio, al final de la película se terminan reconciliando porque él descubre que la amaba de verdad o viceversa. En la vida real ella le quiere sacar hasta las ganas de vivir porque le corresponde en la división de bienes. Y ni hablar si él es un jugador gordo de River y ella un gato que se acostó con cualquiera para sacar guita.
—Eso también es cierto…
—Sí. Las comedias románticas tendrían que hacer algo que se acerque más a la realidad… Que muestren un final infeliz como los de verdad.
—Me diste una idea. Mirá, escuchá: él la conoce a ella en un lugar… Elegí el que quieras, trabajo, estudio hasta internet podemos mandarle para que sea más moderna. Entonces se enamoran al toque, cruzan tres veces palabras y ya se ponen de novios. Al tiempo, cualquiera que sea, cortan y se van al carajo los dos. Uno que sufra y el otro que se garche a cualquiera que encuentre, entonces muestran los dos lados, ¿viste? Hasta que tiempo después uno de ellos se recompone y se encuentra a su ex pareja y ve que se canso de tanto sexo fácil y que quedó más solo que un perro.
—Ajá, ¿y?
—Bueno, ahí el primero ya está de pareja, pero por eso ahora conoció un amigo o amiga de su nueva pareja. Entonces la ex pareja se enamora de esta persona amiga de la pareja de su ex. Y encima este amigo o amiga en algún tiempo le tuvo ganas a la pareja actual del ex y tuvieron algo.
—Ah, un quilombo de puta madre.
—Claro, claro. Al final, bueno, se forman las nuevas parejas y ambos ven como sus ex terminan juntos con amigos en común y se hace un re conventillo, porque obviamente, comentario viene, comentario va. Y entonces se melancolizan y vuelven a salir con sus parejas originales.
—¿Y pero no eso no es una especie de final feliz?
—Claro, ahí cuando vuelven y después de un tiempo de convivencia se dan cuenta de por qué habían cortado antes y vuelven a quedar todos mal, pero nada más que ahora son cuatro. Entonces ellas se hacen amigos por compartir y padecer a sus ex, y ellos se hacen amigos se van de putas. Fin.
—Lo de que se van de putas es un final feliz para mí.
—Y bueno, hagámoslo realidad entonces.
—Buenísimo.
—Igual, decime la verdad, ¿quién estaba más buena Melina o Laura?
—Cuando estuve con Melina, ella me parecía más linda, pero cuando estaba con Laura, ella me parecía más linda.
—A mí también me gustó más Laura y después me gustó más Melina. Pero decí la verdad, Melina tenía buenas tetas.
—Sí, y Laura tenía buen culo.
—Y lindos ojos.
—Estaría bueno, hacer una sola mina que saque lo bueno de las dos.
—Y le sacamos lo histérico de Laura.
—Y lo hueco de Melina.
—Seh.
—O mejor vayamos al cabarulo.
—Sí, mejor. Es más fácil. Vamos.

2 ya han matado el tiempo:

leizito dijo...

Las historias romanticas son recontra conocidas, el bueno con la buena, la mala muere y todo coomo si fuera novela de televisa. habria que variar un poco no?. Buen diálogo.

Anónimo dijo...

me encanto

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Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.