miércoles, 20 de enero de 2010

76ª Historia Asesina - “Encuesta”

¿Segundo nombre? Mi segundo nombre es Alejandro, que si bien creo que es un nombre muy quemado, me gusta. Es lo opuesto de mi primer nombre, Félix, porque justamente es bastante infrecuente. Todavía busco un Félix para decirle, ¡uh, mirá, nos llamamos igual! Bueno, mi papá se llama así, pero no cuenta porque es obvio que mi nombre lo heredé de él. De hecho él también lo heredó de un tío. Me gustaría heredárselo a mi hijo, se convertiría en una especie de tradición o legado familiar, ¿no?

¿Apodos? Mi vieja de chico me decía Puchini. Y ahora de grande, a veces se le escapa. Pero generalmente me dicen “hijo” o con cariño “bolu”. Sí, tendría que asumirlo, ya. Pero apodos, apodos… Digamos que mi nombre no da mucho lugar al apodo, aunque de todas formas se han arreglado en deformar mi nombre. Una amiga me llamaba Felu, una profesora me llamaba Fel, una ex novia me puso Fezz, que fue el más raro de todo, y mi novia de ahora me dice . Yo prefiero igual el Félix, mi nombre. De hecho, me gusta llamar a la gente por sus nombres, a menos que me la presenten bajo el seudónimo directamente. Pero si conozco a una Florencia (y conozco muchas, ¿eh?) no se me da por llamarla Flor.

¿Color de ojos? Y, marrones. Mi vieja dice que cuando era chico eran color miel. Capaz que si se me hubieran quedado así hubiera tenido más levante, porque a las minas les gustan los ojos claros. No sé por qué, ¿será porque son poco comunes esos tipos de ojos? A mi no me importa demasiado que una mujer tenga ojos claros o no… Mientras sea linda, pues…

¿Si me llevo bien con mis padres? Es un tema, pero sí, me llevo bastante bien, no es que vivo a los pelos, como veo que sucede con otras familias. Una amiga de mi hermana tiene una madre que es una forra, la obliga a cuidar a sus hermanos, no piensa mucho en su futuro y la trata bastante mal y es muy coercitiva. Y otra amiga de ella la madre la echó de la casa por salir con un chabón que no le caía muy bien. Una mierda, la verdad. Ese tipo de relación no, no, por suerte no. Mi mamá es una mina muy, no sé… Nos parecemos mucho. Y creo que por eso a veces chocamos mucho. A veces me irrito por tonterías y ella también. A veces contamos mil veces la misma historia y nos molesta que nos la contemos, aunque no es a propósito. Y a veces tenemos buenas charlas con mates edulcorados. Mi papá es un tipo muy tímido. Con él hablo de cosas más banales, fútbol, política, noticias. Compartimos la ideología política, aunque él es más kirchnerista que yo. Pero es un hombre muy inteligente y al que admiro mucho. No hablamos mucho de nuestros sentimientos, al menos él no comparte los suyos conmigo, pero yo a veces sí con él.

¿Están casados? Sí, sí, están casados, pero sólo por civil. A veces mi vieja en broma dice: “yo no me casé”. Lo que pasa es que se caso no por su propia voluntad, si no porque mis abuelos, sus padres, la obligaron porque quedó embarazada de mi a los diecinueve y está un poco resentida. Es como el chiste que dice que un nene le va a preguntar a su papá por qué se casó, y éste responde: “¡por tu culpa, pendejo de mierda!”. Yo sería ese nene.

¿Hermanos o hermanas? Tengo dos hermanas. Bueno, y un hermano que apenas vivió dos semanas. Una historia triste, sí, más para mis viejos que lo sufrieron mucho. Yo nunca lo conocí, vi fotos de él, pero nunca lo vi en persona, así que es una cosa extraña lo que pasa con él. Con mis hermanas, me llevó re bien. Soy el mayor entonces soy como la autoridad. Mentira, ellas tienen sus propias personalidades y encima son adolescentes, así que imaginate. Hay una característica particular y es que con las dos comparto gustos distintos. Romina que es la del medio, digamos, es otaku, aunque no lo tenga asumido del todo. Y con ella comparto el gusto por la animación, la historieta y la cultura japonesa, una sociedad totalmente diferente a la nuestra con sus costumbres y tradiciones propias. Con Florencia, la más chica, comparto el gusto por la música y ya hemos ido a distintos recitales juntos. Gracias a mí conoció a Catupecu Machu banda de la que ahora es totalmente fanática y de la que ama, como otros cientos de chicas, al líder de la banda, el tal Fernando Ruiz Díaz. Si bien esa es su banda predilecta, su gusto musical es muy parecido al mío, aunque mi banda preferida es Árbol.

¿Helado? Preferentemente de cono dulce, ese duro. No me gustan los otros de oblea, para mi es como comer un tacita de plástico. Para eso no comerlo, ¿verdad? Sí, pero si es comestible, no se debe desperdiciar, entonces me lo como. ¿Gustos de helado? Frutilla a la crema, invariablemente con Tramontana, a veces Banana, otras Banana Split y raras veces, Vainilla o dulce de leche granizado. Chocolate no, porque generalmente los helados de chocolate son hechos a base de chocolate amargo, que no me gusta. De hecho rechazó todo lo amargo, a excepción de los amargos que ceba mi novia que adopté por acostumbramiento, y lo agridulce. Después, dulces, salados, incluso agrios.

¿Estación del año? Invierno definitivamente. Me encanta el frío, y eso que soy muy friolento. Pero el frío es muy fácil de solucionar en general, un buen abrigo, una buena bufanda, unos guantes. Una estufa en casa, un caloventor, una salamandra o incluso el horno sirven de buenos calefactores. En cambio el verano es más insufrible. No podés andar en todos lados en bermudas y en cuero. Además me da vergüenza andar en cueros por la panzota. De noche no podés dormir. El ventilador no es suficiente y un aire acondicionado es caro y come mucha electricidad.

¿Equipo de fútbol? Independiente de Avellaneda. En realidad de chico, no sé por qué, era de Boca. Pero un día me enteré que mi papá era de Independiente, y yo quería ser como él, porque siempre lo admiré. Un día entonces dije que iba a ser Independiente y dejé de decir que era de Boca. Así llegamos al día de hoy, con un equipo que creo que es acorde a mi personalidad, no resalta demasiado, pero de vez en cuando tiene sus buenos momentos. Además me gusta el color rojo.

¿Hobbies? Tengo. Escribir por ejemplo. Me las doy de escritor, aunque actualmente tendría que dármelas de escritor frustrado, porque la inspiración no me ayuda mucho. Pero me gusta, y cuando escriba sale la parte ególatra que tengo, porque me gusta mucho escribir sobre mí mismo y mi vida, aunque ésta última sea muy aburrida. Otros hobbies tengo, como por ejemplo jugar video juegos. Me encanta, y aunque me frustró mucho cuando pierdo, esa es la diversión, porque cuando gano lo disfruto mucho más diciendo: ¡por fin pude pasar esta parte de mierda, la puta madre! Digamos que es una actividad muy linda, que pienso seguir durante muchos años, aunque esté viejo y tenga hijos.

¿Que si bailo en la ducha? ¿Qué tipo de pregunta es esa? ¡No, por supuesto que no! Pero ojo, hago otras cosas, actúo, por ejemplo. En serio, actúo las historias que se me ocurren, historias largas que por semanas dan vueltas en mi cabeza hasta que decido escribirlas o no. Actuar me ayuda a meterme en las mentes de los personajes que creo y me ayuda a llevarlos a nuevos planos o situaciones que no me había planteado antes. También lo hago cuando estoy en la cama y no me puedo dormir. Bailar, bailo a veces con algunos temas que escucho que dan un poco para bailar, tipo Corazón de Los Decadentes. Y cuando salgo a bailar, pero lo hago con más timidez, porque sé que soy de madera para bailar, en cambio solo lo sé y me libero. Creo que ahí bailo un poco mejor. Una vez me acuerdo que tomé dos o tres clases de salsa porque una chica que me gustaba iba con su novio. Qué boludo, ¿no?

¿Si me escribo la mano? Hubo una época, especialmente escolar donde me escribía en la palma de la mano un círculo con una equis. ¿Por qué? La pregunta sería mejor para qué. Para recordar cosas que tenía que hacer, decirle algo a alguien, llevar algo a algún lugar, comprar algo, lo que sea. El típico nudo en el dedo, pero de otra forma. En algún momento miraría mi mano, estaba seguro, y recordaría lo que había olvidado. Incluso a veces recordar que tenía escrita la mano ya me hacía recordar todo, sin necesidad de recurrir a la marca, aunque en realidad eso significaba que el sistema de escribirme la mano funcionaba perfectamente.

¿Si devuelvo llamadas? No. De hecho ya van siendo varios meses que no hablo con alguien por teléfono. Solía hablar mucho con mi mejor amiga, Sabrina por teléfono. Con una ex novia también. Con mi actual no porque es larga distancia, entonces uso el mensaje de texto. Así que todo el tiempo estoy devolviendo mensajes de texto.

¿Creés en el amor? Sí. Creo en el amor y en su poder “curativo” que te hace sentir mejor, te aumenta el autoestima, le da un sentido a tu vida. También tiene su lado negativo, ese que te hace sufrir por las noches, te reduce el autoestima y le quita un sentido a tu vida. Eso es lo lindo del amor, que es una mierda, que es misterioso, pero que no podemos vivir sin él. Así que creo en él y asumo su existencia.

¿Si tengo algún mal habito? Depende de lo que se llame mal habito. Creo que no, que no tengo. Digamos que me gusta comer mucho y desmedidamente cosas que son muy ricas, pero que desgraciadamente son contraproducentes para la salud a la larga. Yo no entiendo porque el mundo es tan injusto… Lo más rico es lo que siempre se debe evitar, grasas, fritos, dulces, alcohol. La vida es una mierda, o la alimentaria al menos.

¿Algún problema mental? Sí, mi cerebro es el paradigma perfecto de un problema mental. Tengo ciertas obsesiones con determinados temas, el paso del tiempo que todo lo erosiona, la muerte, principalmente. Hay ciertos momentos del día, especialmente a la noche, en la oscuridad, después de actuar, que generalmente que me duerme y entre dormido se me da por imaginar cómo será la sensación de morir, y después recuerdo que todos somos mortales, que moriré yo, que morirá la gente que amo y que la Tierra algún día desaparecerá y entonces no quedará quizás rastro alguno de nuestra existencia. No sé si es un problema mental, pero cuando me agarra esa angustia metafísica me despierto súbitamente como si hubiera tenido una pesadilla. Entonces me siento en la cama jadeando muy fuertemente, como si esa fuera la confirmación de que aún estoy vivo.

¿Si me quebré algún hueso? No. A veces me agarra el morbo de saber qué se sentiría tener un hueso quebrado. Tengo muchos amigos que sufrieron esos tipos de accidentes y estuvieron varios días en cama y sin movilidad. En realidad creo que sería por el gran período de licencia que te dan cuando te pasa eso.

¿Si me esguincé? Qué cuestionario bizarro es este, pero creo que no. Me doblé un pie y me quedó hinchado por unos días y estuve rengueando unos días antes de dar mi examen de Inglés, justo cuando aprobé Economía y terminé el CBC. Estaba tan contento cruzando la calle y mandando mensajes que creo que ahí sucedió todo.

¿Me dieron puntos? Sí, una vez en juego, hice no sé qué objetivo y me dieron muchos puntos. Ah, no sé por qué doy estas respuestas tan taradas, ¿no? Bueno, es que jamás me dieron puntos. Me tendrían que haber operado hace más de un año de la vesícula, y ahí si tendría una respuesta afirmativa. Pero no tuve la operación y como nunca me quebré un hueso ni nada así no tuve puntos.

¿Si tomé calmantes? Ah, esto va para el lado médico, ¿no? Pues, no, no tomé calmantes jamás. Por suerte aún puedo dormir acostándome y cerrando los ojos. ¡Y cómo duermo! A veces parece que me tomé varias cajas de Valium por cómo duermo, pero no, es todo natural. Dormir es un calmante natural, de hecho cuando algo me molesta mucho, estoy deprimido o algo así, duermo, de alguna manera eso me tranquiliza y me seda.

¿Si me picó una abeja? Mirá, no, pero me picaron mosquitos y hormigas. Es triste el destino de las abejas, ¿no? ¿Vos sabías que si te pica, la abeja muere? Porque todos sus órganos como que están pegados al aguijón. Cuando te clava el aguijón, y lo deja clavado, muere. Obviamente que lo hace para defenderse, sacrifica su vida por el panal, sus crias y la abeja reina que está ahí echada. Y qué coincidencia que las llamen obreras a las que defienden el panal… Entendés, ¿no? Obreros, reinas, muerte, sacrificio, trabajo…

¿Si he puteado delante de mis progenitores? Ah, sí, todo el tiempo. Soy un gran puteador y me encanta insultar bastante… ¿Eso influye en algo? Mirá, o sea, puteo pero me sé contener. Cuando no hay que putear, no puteo, o sea, ¿me escuchaste putear acá en algún momento? No, por eso te digo. Pero sí, la respuesta es sí, puteé frente a mis padres.

¿Me amonestaron en el colegio? No, no llegué a la amonestación, pero sí me han cagado a pedos. Una vez estábamos en la clase de historia, hablando sobre Belgrano y sus proezas. Nos habían encargado una actividad y empezamos a discutir sobre si Belgrano había ganado o no la batalla de Tacuarí Mi amigo decía que sí, pero yo le insistía con que no, pero él no cedía a su posición. Entonces, en una escena digna del Chavo del Ocho, todos se callaron y yo le grité: “lo que pasa es que vos no sabés una mierda”. El profesor, un tipo recio, grande, muy serio y sobretodo muy estricto me miró y me dijo: “te vas afuera”. Era invierno, no llevé la campera, me quedé en la puerta hasta que llegó el recreo. Nunca más me olvido.

¿La última película que vi? Virgen a los 40. No soy una persona de mirar muchas películas, es un ejercicio que me cuesta llevar a cabo. Hay personas que viven alquilando, comprando películas, se conocen a los actores, sus nombres, donde trabajaron. Pero yo no, jamás miro una película, y menos solo. En fin, la última que vi fue esa, Virgen a los 40 y llegué a la conclusión de que nuestra sociedad sobrevalora demasiado el sexo, como algo demasiado preciado. El tipo estaba traumado porque nunca había tenido sexo y ni siquiera se masturbaba. Y la película consistía en hacer que el tipo tenga sexo, porque es lo mejor del mundo. No digo que no me guste practicarlo, pero también me gusta comer, jugar videojuegos, escribir, ver fútbol, tomar helado, ver anime con mi hermana y escuchar música con la otra. O sea, no es lo esencial tampoco el sexo, no es algo vital. Bueno a menos que hablemos de dónde venimos, ¿no? Ahí sí es vital.

¿Con quién me mensajeé últimamente? Con mi novia. Todo el tiempo vivo pegado a ese aparatito, esperando que suene para acusarme que recibí un mensaje de ella respondiendo a la probable cursilería que le escribí. Es que ella vive lejos, la veo una vez por mes, con suerte. Es difícil tener una relación así, pero tengo que tenerla, no voy a encontrar una mujer como mi novia jamás en la vida. Sí, es cierto, eso es totalmente subjetivo, pero la verdad es que también las mujeres que se sienten atraídas por mí no abundan, entonces la tengo que cuidar mucho.

¿A quién abracé últimamente? A una vieja amiga, a quién siempre abrazo cuando nos vemos. O me abraza ella, quién sabe. Nos vemos esporádicamente entonces es una actitud de “tanto tiempo que no nos vemos”. Aunque cuando nos veíamos seguido también la abrazaba. En realidad me gusta abrazar a la gente, a veces abrazaba a un viejo amigo que tenía también, y él decía que yo daba buenos abrazos. Suena re puto, pero lo re quería a ese amigo mío, que resulta que era novio de esa mejor amiga.

¿Última persona con quien me peleé? Con mi hermana. ¿Cuál de las dos? No importa, así como nos llevamos bien, nos llevamos mal, como todos los hermanos. Me gusta molestarlas, hacerles bromas, burlarme de ellas. A veces están de humor para ello, lo cual es divertido, a veces no están de humor, lo cual es más divertido, pero también me hace sentir como un idiota que jamás va a madurar. O sea, soy el mayor, tengo 20 años. Sin embargo creo que me lo hacen a propósito para que me sienta un idiota.

 ¿Última persona con quien hablé por MSN? Darío, un amigo. Es amigo de mi novia, pero cuando hablaba con él todavía no era novio de mi novia, éramos solos amigos, así que digamos que la relación comenzó porque era el amigo de mi amiga. Hay un poco de cortesía, un poco de formalidad y respeto en esas relaciones justamente por eso razón, es amigo de una amigo y uno trata de llevarse bien. Sin embargo, luego de un tiempo me empecé a llevar bien con él como un amigo y no porque fuera el “amigo de”; fue porque el tipo me cayó bien.

¿Última cosa que toqué? La tecla “?”. Y ahora la tecla de la comilla. Y ahora la letra A. Y ahora el punto, digamos. En realidad ahí me equivoqué y después de lo de la tecla “?” tendría que haber dicho el punto. Entonces podría decir sin temor a equivocarme que lo último que toqué fue la tecla del punto.

¿La última pregunta? ¿Que cuál fue la última cosa que comí? Una bombita de papa. Son como un híbrido entre ñoqui y empanada. Me gustan ambos, pero la bombita de papa a veces puede ser una bombita para el hígado o para mi vesícula, esa que tenía que ser operada. Sin embargo son ricas, sin lugar a dudas, y antes eran una comida infrecuente, ahora no tanto, supongo que será porque la picada está relativamente barata y las papas y la harina también. Aunque yo preferiría unas empanadas y al horno que salen más sequitas. O fritas con grasa como hace mi suegra.

¿Ya está? ¿Terminó? ¿Seguro? Bueno, cualquier cosa me llamás, ¿eh? Te respondo cualquier cosa… Sé que me voy un poco de tema, pero, te contesto todo, ¿eh?

3 ya han matado el tiempo:

MªYrª dijo...

che....ahora te conozco profundamente...
:)

RaPuNzEl dijo...

He vuelto!!..jeje
me gustò mucho la nota..me reì bastante!!
saludetes!!

pd:algún dìa te la puedo copiar..?aunq casi nadie lee mi blog..jaja..

FormenteraLady dijo...

muy divertida la encuesta. Y Virgen a los 40 es una película graciosa, pero estoy de acuerdo con vos :P
saludillos

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Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.