martes, 5 de junio de 2007

12ª Historia Asesina - "Debut y despedida"

Esta historia es de un lector frecuente de este blog. Podría decírse, un fan. Nos conocimos gracias a este blog y me dijo que le gustó mucho. Se abrió hacía mí y descubrí a través de esta pantalla de tubo fluorescente una persona que piensa y siente como yo. Me identifico mucho con él y más con este genial relato de su autoría. ¿Su nombre? Pablo Balsano. Muchos saludos para vos, Paul. Los dejo con la doceava...

"Debut y despedida" por Pablo Balsano

Aquella noche ya nada pareció importarle, en realidad ya nada le importaba. La luz le daba de lleno en los ojos, y el cigarrillo en sus labios bramaba candentes vapores en la niebla tiesa y azul, aún así dejaban correr por su rostro desgarbado y malgastado pobres lágrimas, casi nulas de lamento. Sus pasos inseguros tropezaban en aquellos pérfidos y tristes adoquines. Su mente en blanco pareció en un segundo retomar su cordura, pero no, ¿para qué estar cuerdo? Si la cordura solo divaga en la mente de los cuerdos, y esa noche él ya había dejado de serlo. La luna sobre su espalda parecía comprenderlo todo, pero sólo miraba lozana y distante, inmutable.
Acabó el cigarrillo y se deshizo de él, como quién se deshace de un recuerdo hiriente, sólo que esta vez el agua del cordón no logró apagarlo, como el recuerdo de una herida que perdura.
Llegó a la esquina. Nada, nadie, sólo los grillos acompañaban la velada, sus lastimeros sonidos no lograron despertarlo de la pesadilla.
A lo lejos una sombra, tan sólo una sombra, y pensó para sí “yo soy eso, eso es lo que soy, una sombra, tan sólo una sombra de lo que fui, una estela de lo que soy”. Y siguió su camino. Lento, errante en el crepúsculo, como quien busca algo sin hallarlo, como quien busca una salida sin alcanzarla, como quien busca la vida y se encuentra vacío. Así, así se sentía, vacío, vacío por dentro. Su corazón seguía latiendo, tal vez por eso siguió caminando, tal vez por eso sus manos temblaron, sudaron hacía tres horas, cuando había decidido terminar con todo.
Cerró sus ojos. Allí estaban, allí vivían aún las imágenes lejanas de... ¿de otros tiempos, de otros seres de otros mundos? No, tan sólo imágenes de sangre, de la misma sustancia vital que aún corría por sus venas, aunque no le importara, aunque no la sintiera.
Si tan sólo un rayo de aquel Sol de Enero lo tocara... tal vez... tal vez, pero no, ya no volvería a tocarlo, ya no volvería a posarse sobre su cuerpo. Ya estaba todo dicho, su laberinto llamado vida era oscuro. Ya estaba condenado a ver crecer las flores desde abajo, las mismas que alguna vez llego a arrancar con pasión para expresar ese viejo sentimiento del hombre, tan lejano y cercano del odio, el amor, eso que se siente y es imposible de explicar, eso que había perdido ese día en que logro convertirse en animal.
Se miró las manos, y las encontró gastadas, frías, casi azuladas ¿Eran las mismas que habían amado, que habían explorado, que habían invadido y hasta conquistado los secretos más cuidados de su amada? ¿Eran las mismas que se habían convertido en ángel para conocer el paraíso que era el cuerpo y el alma de su dama, de su musa? Sin duda ya no lo eran, habían cambiado, habían transmutado al hacer contacto con un gris metal. El gris metal helado que aún llevaba en su bolsillo y que había logrado en un segundo cambiar su realidad.
Si tan sólo la vida fuese más fácil”, pensó, “no, si fuese fácil todo se volvería un poco más inútil, más sin sentido”. La vida estaba bien siendo como era, tan sólo que a él le tocó sufrir, tal vez más de lo que podía aguantar, y decidió actuar, actuar al segundo, actuar y correr, y vengar, y sacar de sí la ansiedad de actuar y matar, matar para sentirse vivo, aunque parezca irónico.
No lo había soportado, no podía soportarlo más ¿Por qué tenía que perder, por qué tenía que engañarlo, qué derecho le imponía ese deber de humillarlo? No buscó las respuestas, tal vez se debió a que eran demasiadas las preguntas. Llamó a la puerta, miró sus ojos desencajados por el miedo, se arrojó sobre ella como la fiera en que había logrado convertirse y descargó sobre el cuerpo desnudo del engaño cinco impactos mortales. Se puso de pié, besó su frente, escupió sobre su pecho sangrante, cerró la puerta y huyó.
La noche seguía su curso, al igual que él. Dejó de pensar, dejó de hundirse en ideas lozanas, y llegó sin saberlo, inconscientemente al único destino de su vida, logró detenerse, contempló su reloj... doce menos diez, acusaron las agujas, sonrió, miró hacia el frente, se arrodilló bajo las estrellas, cerró su ojos, apretó las muelas posó el caño en su sien y dejó escuchar un temido sonido…
¡Bang!
Las hojas muertas cayeron sobre la acera de aquel primer domingo de otoño y el mundo siguió girando, como otro día más, para todos nosotros.

10 ya han matado el tiempo:

Anónimo dijo...

Pablo esta muy bueno, TE FELICITO

Félix dijo...

Luz: ¿Amiga de Pablo? Felicitaciones bien merecidas para él...

Anónimo dijo...

Acabó el cigarrillo y se deshizo de él, como quién se deshace de un recuerdo hiriente, sólo que esta vez el agua del cordón no logró apagarlo, como el recuerdo de una herida que perdura.


Me encanto!!!
Ojala halla mas...
Bs.

Anónimo dijo...

Muy beuno, resultaste un excelente escritor.
¿Para cuándo el segundo? ¿No estarás pensando en publicar un libro?. Besos!!!

Félix dijo...

Puta madre... Es muy bueno, tanto que me opaca... Ja, ja, ja...

Mentira... Pero es muy bueno...

Anónimo dijo...

bueno pablo.. la verdad muy buena historia..me quedo la frase del cigarrilo tambien como a tu amiga que escribio arriba... eso me hace acordas a cosas que me costaron mucho cerra definitivamente
la verdad te felicito espero una segunda parte
un abrazo chucho!

Félix dijo...

¿Paul? ¿Le dijiste a la gente que este blog es mío? Parece que no... Mmm...

Anónimo dijo...

Felix, si les dije que este flog no es mio, pero los muy caraduras quieren quedar bien, y dejar opiniones para que despues los invite con una cena, quedate tranquilo, no va a suceder. En todo caso deberian felicitarte a vos, sino lo hacen,se veran afectados por la maldicion de Tutam Paul

Félix dijo...

Bueno, bueno, está perdonado. Y era en joda, se merece este reconocimiento y mucho más...

Anónimo dijo...

La verdad me lo puse a leer me acorde que me dijistes quie lo lea y la verdad pablo esta muy bueno me gusto mucho la historia, una pregunta se te ocurrio porque lo pensastes o paso alguna vez en la vida real este relato.
espero quie haya mas relatos de estos
saludos
Gastòn

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Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.