jueves, 16 de agosto de 2007

20ª Historia Asesina - "Secuestro"

Basado en una historia real.

"Secuestro"

Cuando recibí la noticia no supe que hacer. No sabía si creerlo o no, si tenía que decir y/o hacer algo, si tenía que acallar o llorar, si podía hacer algo o estorbar.
-Se llevaron a papá. Lo secuestraron -dijo mi mamá, tan exaltada como yo.
Por suerte, mis hermanas se habían ido con mis tíos, y esa había sido la razón del secuestro. Mi padre había ido a llevarlos hasta su casa, y parece que a la vuelta, cuando estaba por guardar el auto, se lo llevaron con el auto. Un vecino lo vio y nos avisó.
Mi mamá no sabía que hacer, yo tampoco. Todos los finales más macabros y posibles se me habían ocurrido. No quería perder a mi papá. Y mi mamá no quería perder a su marido.
Y ahí surgió en mi mente eso de que no se puede vivir tranquilo, que no tenemos un país seguro, que el gobierno no se ocupa de nada, etcétera.
-Quedáte acá -dijo mi mamá, quien se fue con unas vecinas a la comisaría de la zona. Eso creo que me desesperó más, quedarme solo en mi casa, cuando mi papá estaba allá afuera. El calor de ese día de verano poco importaba ahora. Sentía frío y miedo.
Una de las vecinas que se fue con mi mamá dejó conmigo a su hija de once años. Enseguida la envié a mi cuarto y le prendí la tele para que se concentrara en otra cosa. Y yo volví al living, aterrado y nervioso.
Y como para sentirme mejor, llegó ese sentimiento de culpa que me hizo recordar lo mal que me había portado con mi papá, las veces que no le hice caso. Eso, obviamente me hizo sentir peor. Enseguida empecé a pensar las cosas que pasarían, como sería mi vida si él se iba, si le pasaba algo. Me dio miedo y mucha angustia. Estuve al borde del llanto. Fue como si estuviera a punto de morir, pasó toda mi vida en unos instantes. Y lo imaginé, pero no sabía cómo imaginarlo. El miedo me hacía pensar cosas malas. Y era lo que menos quería pensar.
Moví mi cabeza gritando y tratando de sacar esas ideas de la cabeza y tratar de ser optimista. ¿Cómo mierda puede ser que puedo estar? Y eché la cabeza al suelo. Y la levanté. Y lo primero que vi fue a esa imagen. La Virgen María de Lujan. Y al lado, una foto de San Luis Orione y una imagen de Cristo. Entonces decidí romper con mi escepticismo y desesperado, recé por una nueva vez en la vida. Reconociendo que no había sido un buen cristiano, le recé a Dios porque evitase que le pase algo a mi querido padre. Pero luego de decir que no fui un buen cristiano, me di cuenta que era en vano rezar. Está mal rezar sólo en malos tiempos. Y llegué a la conclusión de que era en vano. De que no serviría.
Y, resignado, me senté en el sillón. Lloraba apenitas. Pero no pude llorar mucho, porque un sonido me sobresaltó y me hizo reaccionar. Era el teléfono, que sonaba.
-Hola.
-Hola, ¿Félix?
-¡Papi! ¡¿Cómo estás?! ¿Dónde estás? ¿Qué te pasó? -dije entre otras miles de preguntas, pero con una gran felicidad en mi boca.
-Bien, bien, bien. Me tiraron por acá, en el Arco de Calzada. ¿Y mamá?
-Está en la comisaria.
-Decíle que me vengan a buscar, que acá me dejaron con el auto.
-¿Se fueron?
-Sí, me dejaron acá con auto y todo, pero se llevaron las llaves.
-Está bien, yo les digo.
Y así, descalzo y en shorts me lancé a la carrera a la comisaria. En el camino casi me llevo por delante a una señora que venía caminando y que al verme tan centrado en mi loca carrera, exclamó un leve “¡ay!”
Cuando mi papá volvió en dos horas más o menos fui la persona más feliz del mundo. Lo abracé, a pesar de que estaba todo sucio, y transpirado. Que haya estado allí sano y salvo tiró abajo todas mis teorías.
Más en frío, luego de haber deseado que mueran los delincuentes, pero luego de haberme retractado, miré el periodico del día anterior. Y la verdad es que me sentí distinto al ver las noticias policiales. Del "ah, a mí nunca me va a pasar" al "uh, esto me pasó". Y no fui el único. Y de repente, saqué al derechista que tengo dentro y pensé en matar o herir al menos a los delincuentes y a los "negritos villeros".
Pero luego leí: "Cada vez más chicos están bajo la línea de pobreza". Y me di cuenta que no era problema de las delincuentes, si no de todos, de la sociedad, del gobierno, de la lucha egoista por el poder, el dinero, el sistema capitalista.
Pero todas mis ideas se cayeron cuando vi a mi papá salir del baño, ya más tranquilo. Y corrí hacía él para preguntarle qué le había pasado con detalles. Al día siguiente, me levanté y seguí con la rutina. Y ya no me preocupaba la misería, ni la delicuencia, ni el sistema. Simplemente estuve feliz de ver a mi viejo.
Ahora me pregunto: ¿mi dejo es problema mío o de la sociedad? ¿O todos nos dejamos y todo sigue como está?

4 ya han matado el tiempo:

mar dijo...

La coincidencia entre el "no rece nunca, ah me paso algo, voy a rezar, mejor no sería al pedo" y el "no le doy bola a la sociedad, ah me paso algo, pienso en que bajo caímos todos, y buen ya estamos hechos" es una entre varias que creo explica el comportamiento humano: Funcionamos a modo presente, nos olvidamos del pasado y no nos importa tanto el futuro más que utópicamente.
(Siempre hay excepciones y como humanos hay muchos, excepciones tambien)
Una frase muy cachibachera: "Si es problema de la sociedad, es problema tuyo"
Insufrible me volví, pido las disculpas pertinentes

Daniela dijo...

Mar tiene mucha razón.

Me dejaste helada..porque es verdad, todos pensamos: "bah, a mi no me va a pasar" y luego eso...
Somos tan tontos y frágiles y nos creemos tan inteligentes e inmortales..

Te amo mucho, mi vida :)

PD: ¿Te pasó en serio? ._.

Lorena dijo...

Ahora quiero saber si es verdad!
El problema es de todos, todos los que se quejan y no hacen nada, todos los que dicen hacer y no hacen, todos los que creemos que a nosotros no nos puede pasar...Estoy muy de acuerdo con Mar.
Saludos Félix!

The Parodia Time dijo...

Felix tremenda historia...
Dice "basado en una historia real", chan! Que feo momento entonces...

La verdad que rescato muchas cosas. Por empezar a muchos nos paso eso de sentirnos hipócritas al rezar sólo cuando estamos deseperados y terminamos optando por no hacerlo.
Por otro lado "eso nunca me va a pasar" es lo que decía yo con respecto al cáncer que combato (y vengo ganando). Y pasan, las cosas le pueden pasar a cualquiera.
Y volviendo a lo religioso, en mi caso no aproveché este momento para acercarme más. Sino, por el contrario, para enojarme por haberme destinado esta mierda para mi...

Por último, la conciencia social que nos agarra cuando vemos o escuchamos casos como el que contaste, se olvida rapidamente y es un dejo y todo sigue como esta. Es la triste verdad. Y da impotencia.

Aguanten las historias asesinas!!!

Un abrazo!

TPT y MPMM.

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Historias Asesinas para Matar el Tiempo by Félix Alejandro Lencinas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina License.