viernes, 28 de marzo de 2008

38ª Historia Asesina - "Réquiem para un naranjo en flor"

"Primero hay saber sufrir, después amar, después partir... y al fin andar sin pensamiento...". Un tango que inspiró la historia de un fantasma...

Réquiem para un naranjo en flor

A Hómero y Virgilio Expósito,
por haber creado un tango tan bello y exquisito.
A vos
-que aún no tienes nombre-,
aunque nunca te ganes ese título de la nobleza
que yo quiero que tengas

La vieja casona llena de polvo. El color gris consecuente del olvido, el polvo del ayer combinado con el de hoy. Las ventanas que apenas dejan entrar la luz del exterior. Los muebles cubiertos de la seda suave y pegajosa que llaman telarañas. El aire enviciado, no solo por la suciedad, si no por la cantidad de recuerdos que contiene en su extraña esencia, mezcla de melancolías, necedades y tristezas con experiencias, felicidad y armonía.
Un fantasma, gris y mugroso como aquel lugar, despertó una vez más a la misma hora. Recorrió cada rincón de la casa, así como lo hacía hasta el momento de morir sólo y abandonado por la miseria, la desidia y el desamparo. Sus facciones grises seudoinvisibles habían de dejado de mutar con el paso del tiempo. Pero no sus costumbres.
Caminó hasta el living. Sus paredes empapeladas con plumas marrones muy mohosas y el papel que parecía tener siglos de antiguedad daban un aroma raro a viejo y oxidado. El piano negro, de pared, era el único elemento que se había salvado de todo el olvido de aquel anticuado lugar.
El fantasma, acariciando la tapa con cariño, miró al instrumento. Corrió la banqueta para acomodarla y sentarse. Levanto la tapa suavemente y miró el teclado con sus secuencias de blancos y negros.
Con un dedo presionó una tecla, cuyo sonido inmutó toda la habitación dormida. Y con la otra mano presionó otras teclas. Y otras. Y luego, de a poco, cada una de las teclas y sus sonidos se fueron convirtiendo en música. Y la música tomó identidad: un viejo tango.
Y el fantasma cantó:

-"Era más blanda que el agua
que el agua blanda...
Era más fresca que el río,
naranjo en flor..."


Y de repente, la habitación dejó de ser gris. Y tomó los colores con los que en antaño se vistió. Y su aroma también cambió, a flores, miles de flores de naranjo. Y el fantasma fue niño. Y una niña pequeña se acercó. Sus cabellos enrulados y sus ojos celestes lo miraron tocar. Un gesto, una sonrisa inocente escapó de su boca. Y luego desapareció.

-"Y en esa calle de estío,
calle perdida...
dejó un pedazo de vida
y se marchó..."


En el lugar de esa niña, otra apareció. Un poco más grande, llevaba el pelo recogido con miles de largos y brillantes rizos azabache. Pero sus ojos verdes ni lo miraron. Simplemente la niña se sentó en un banco y se dedicó a escribir algo en un papel. Y luego, sólo miró el techo. Y el fantasma siguió tocando, ahora siendo unos años más grande.

-"Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento..."


La niña de la silla desapareció. Y luego por la puerta entró una jovencita. Su piel blanca resaltaba y hacía juego con sus ojos café. Su sonrisa, la más amplia y hermosa que había visto en la vida. Sus ojos se posaron en él y le regalaron dicha sonrisa.

-"Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon en el viento..."


La jovencita de los ojos café se sentó junto a él. Y ahora, ambos a medias, uno con cada mano, continuaron tocando ese viejo tango. Mientras tocaban, la jovencita lo miraba y le seguía regalando sonrisas. Y el fantasma cantó, ahora siendo un joven adolescente:

-"Después, qué importa del después
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado..."


En ese momento, la melodía quedó a medias. La jovencita de los ojos café se levantó inesperadamente y se hizo a un lado y el fantasma volvió a tocar con sus dos manos. Y volvió a aparecer otra muchacha, en su lugar. Una muchacha de tez morocha y cabello largísimo. Y alta, muy alta. Y muy bella. Se acercó por detrás, le tocó los hombros y le miró tocar unos compases. Mientras la jovencita se quedó mirándoles unos segundos.

-"Eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado...
como un pájaro sin luz..."


Lo besó en una mejilla y se retiró por una puerta. La jovencita permanecía allí. Y el fantasma, tocó solo durante todo ese tiempo. Y se convirtió en un joven adulto. Y cantó:

-"¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Que le habrán hecho,
para dejarme en el pecho
tanto dolor?"


Y entonces de la nada, apareció una mujercita de rojos cabellos furiosos. Y ojos verdes, y su piel pálida y llena de belleza. Contemplativa, miró al fantasma, y se sentó con él a tocar a medias, como lo había hecho con la jovencita de los ojos café, que aún estaba ahí y miraba, al margen. El fantasma cantó:

-"Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina,
con un pedazo de vida,
naranjo en flor..."


En un momento, cuando no se dio cuenta, la mujercita de los cabellos rojos tocaba el piano ella sola. El fantasma sólo miraba. Y en un momento, miró hacia atrás y vio a la jovencita de los ojos café. Ella aún lo miraba y le sonreía. Aún a pesar de todo. La mujercita pelirroja lo miró. Y dejo de tocar. Y el fantasma, ahora ya un adulto, volvió a tocar. Una vez más, quedó solo frente al teclado, y tocó. Pero esta vez la jovencita de los ojos café y el fantasma cantaron:

-"Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento...
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon en el viento..."


Y los últimos acordes terminaron. Y todo volvió a ser gris. Y el fantasma volvió a ser gris y viejo. Las luces se fueron, y el perfume. El fantasma cerró la tapa, y sonrió.
-No importa lo que suceda... Nadie canta como ella.

5 ya han matado el tiempo:

Anónimo dijo...

huy muy buena historia... :)...me gusto y mucho!
ahora veo donde ermino la cancion...
me gusto mucho!!!!!!!

besos te quiero!

amnesiac dijo...

admiro tu capacidad....es muy buena...sos muy bueno ahciendo esto...y yo, tan apestosa...ajaj!!

besos nene!!

Fidelino dijo...

Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento

Gran verdad!!!

*Sere dijo...

jajaja zarpado,le borraste el último renglon q era lo q no me gustaba :B
lo voy a usar ^^

acné dijo...

que escalofriante

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